Pues hemos estado de acampada de Semana Santa del día 2 al 6 de
abril. Fuimos 13 comandos en total, todos llenos de energía y ganas de
divertirnos. Cogimos el bus a las 9:30 de la mañana. Nos subimos al más
pequeño, con los jefes y los rovers; mientras que los lobatos y los troperos
fueron en otro más grande.
Los buses llegaron al albergue. El primero paró y el segundo
también, o eso pensamos, porque el freno de mano no estaba puesto y uno se
empotró contra el otro y rompió el cristal de atrás del primero.Después de
reírnos un rato, descargamos y nos instalamos. Los comandos teníamos una cabaña
con dos habitaciones, con 4 literas cada una, por lo que tuvimos que compartir
camas (lo poco que íbamos a dormir, claro). Cuando dejamos las mochilas,
salimos a jugar un rato con los demás al bordón, al gavilán o al fútbol chino.
Después tuvimos un tiempo libre y nos pusimos a comer.
TARDE CON RANAS Y UN RULO
Después de comer tuvimos tiempo libre otra vez. Y mientras los
comandos chicos (monjes oscuros) se iban con Kaa a hacer de las suyas, las
chicas (damas oscuras) fuimos a buscar unos rulos para meternos dentro y dar
vueltas. Solo encontramos uno que estaba atascado en un riachuelo. Intentamos
moverlo pero pesaba demasiado. En vez de jugar con el rulo, nos pusimos a coger
unas ranitas pequeñas y marrones que había por el río. Pasó un rato y vimos a
Kaa gritando y corriendo hacia nosotras con todos los monjes oscuros detrás.
Consiguieron sacar el rulo y estuvimos un rato dedicándonos a dar vueltas y a
subirnos.
Después de unas cuantas fotos, caídas y mareos, pitaron para nuestra
tarde por unidades. Hicimos un juego que contaba de un tablero con colores.
Cada color representaba una prueba: Dinámica, prueba, pregunta o prueba escrita
por nosotros, elegida al azar. El juego fue muy divertido y además en la mitad
llegó Judit. Luego nos dijeron que cogiéramos nuestras camisetas amarillas para
teñirlas y llevarlas en los campeonatos. Tras ese despliegue de creatividad
llegó la hora de cenar: Croquetas, pescado y ensalada. La cena no estuvo mal
quitando algunas croquetas amorfas y requemadas.
STALKING Y CONVERSACIONES
Después de cenar, fregar y recoger el comedor, tuvo lugar el
stalking, una actividad que se hace por grupos y de noche que suele consistir
en defender un territorio. Hicieron grupos y cada uno tenía que cambiar un
sobre de su grupo por sobres de otros. Aquello era un desenfreno. En cualquier
momento aparecía alguien que te gritaba el sobre de la mano, o te retaba a una
lucha scout. Finalmente pitaron el final del juego. Y cada unidad se fue a su
cabaña. O eso se pensaba porque mientras los jefes estaban de Kraal, algunos
rovers nos hicieron compañía y estuvimos hablando hasta las cuatro de la
mañana.
RASTREO NOCTURNO: SOBRES Y GUARDIA CIVIL
Cuando los rovers se fueron y estábamos todos ya en el saco,
discutiendo quién se debía levantar a apagar la luz, Muguel, nuestro jefe, nos
dijo que nos levantáramos. Al principio pensamos que era una broma; pero no,
teníamos que hacer un rastreo nocturno. Nos dividieron en cuatro grupos y nos
dieron un walkie talkie a cada. La ruta estaría marcada por unas luces azules
que el último grupo debía ir recogiendo, además de los típicos sobres, claro.
Al salir el primer grupo, empezó el vacile con los walkies. Victor
gritaba y pedía que pararan, y no le faltaba razón. El primer tramo del rastreo
era por un bosque con un parque, era como estar metidos en el Slender. Después
salimos a una carretera y seguimos caminando. Dudábamos de si era el camino
correcto hasta que leímos un inconfundible “PITINES” de Héctor en la carretera.
Tras pasar un camino de barro, nos reunimos los 4 grupos y fuimos juntos.
Al llegar al pueblo, pensamos que todo había acabado, pero de
repente vimos un camino de luces azules que se alejaban en dirección opuesta al
albergue. Cruzamos un río, andamos un poco más y volvimos al pueblo. Ya en la
salida, nos cruzamos con un cache de la guardia civil, que no paró. Más tarde,
después de que Judit metiera el pie en un charco bastante profundo, volvimos a ver
a la policía, que esta vez sí que nos preguntaron qué hacíamos con nuestra
vida. Les dijimos que estabamos en una actividad y que buscábamos sobres. Los
hombres no insistieron más y se fueron. Pero no fue la última vez que se
fueron. Volvimos a cruzarnos con ellos y nos ofrecieron un sobre, dependiendo
de lo que les diéramos… En fin; seguimos un poco y conseguimos volver al
albergue. En los sobres había unas preguntas de reflexión que debíamos
responder a lo largo de la acampada. Finalmente SÍ que nos fuimos a dormir.
¿OLIRRANA?
Nos despertamos a las 9:30 después de dos míseras horas de sueño.
Fuimos a desayunar y cuando todos estábamos listos, comenzó el juego de Baloo,
Javi y Kaa: la Olirrana
(conocido como la Almorrana ),
que consistía en una mezcla de Olimpiadas, Rastreo y Gymkhana. Debido a la
lluvia, el juego se fastidió e hicimos unas cuantas pruebas dentro del comedor,
desde preguntas sobre el Grupo Scout Máfeking hasta ver qué comando aguantaba
más haciendo el pino (Inés).
Comimos macarrones y tuvimos tiempo libre. Evidentemente, los
comandos nos fuimos a dormir, así que no pasó nada interesante.
OREJAS DE SOPLILLO
Sobre las 5:30 pitaron para hacer un juego que nos había preparado
la tropa. Consistía en una
gymkhana-cluedo. Un dibujo animado había robado objetos o características de
otros por alguna razón. Tra meditarlo, la mayoría de los grupos llegarón a la
conclusión de que Dumbo, triste porque le hacían bullying, había decidido
vengarse.
RED
Esa noche, después de cenar
la especialidad de los campamentos (puré de patata con salchichas), tocaba
tiempo por unidades y los comandos nos reunimos en una de nuestras cabañas. En
un principio íbamos a hacer risoterapia y la esperada repetición del taller de
masajes *.*, además de unas dinámicas. Pero en vez de eso, hicimos un consejo
para resolver unos problemas en la red. Al terminar de hablar ese/esos asunto/s
hicimos algunas dinámicas y nos fuimos a dormir, esta vez más pronto, sobre las
dos.
PUENTING EN LITERAS
A las cuatro de la mañana, un
golpe despertó a Jorge, a Luis y a Rocío. Encendieron la luz del baño y
encontraron a Juan Amor en el suelo. Se había caído de la litera de arriba.
Volvió a subirse sin decir nada y se durmió con los ronquidos de jabalí de
Víctor de fondo.
A la mañana siguiente,
despiertos a la voz de “Venga Pitines” preguntaron a Juan Amor si se acordaba
de algo de la noche anterior, a lo que respondió que no.
MAFIOSOS DEL PAPA Y DROGA
GRATIS
Tras un nutritivo desayuno de
galletas María y colacao marca blanca,
nos dividieron por grupos, por un lado a los comandos, rovers y viejas glorias
y por otro, a manada y tropa. Los más pequeños jugaron un cluedo mientras que
los más mayores jugamos un San Papucio.
Éramos tres familias mafiosas
italianas: Soprano, Bergoglio y Corleone. Las dos últimas se aliaron contra los
Soprano pero por falta de tapaderas, la policía descubrió a las familias
aliadas. El juego terminó con un ataque al ayuntamiento y un reparto de droga
gratis desde un avión.
JAJEJIJOJU
Comimos patatas con costilla
y nos fuimos a nuestra segunda tarde por unidades. Hicimos la risoterapia nos
echamos unas risas (evidentemente) sobre todo viendo a Muguel y a Mario reírse.
También hicimos unas dinámicas (una de ellas con unos globos que utilizaríamos
esa noche)
PUNTOS POR LAS CAÍDAS
Llegó la hora de la velada. Nos
dijeron que nos pusiÉramos un pijama y accesorios absurdos. Y los comandos no
hicimos menos. Los monjes oscuros llevaron bragas por fuera de los pantalones
del pijama. Las damas nos maquillamos de forma exagerada la mitad de la cara,
nos pusimos toallas, gorras y pañoletas en la cabeza y, como no, los
calzoncillos de los monjes por fuera del pantalón.
Fuimos al comedor a cenar. Nos
dividieron en grupos y nos sentamos en las mesas. Los comandos teníamos que
comaer la hambuerguesa con los ojos cerrados (no era difícil comparado con el
comer sin codos de los troperos o los lobatos, que tenían que darse de comer
unos a otros). Además, cada uno tenía un rol: levantarse a bbailar en Gangnam
Style cada vez que pidieran el yuyu, dar un cachete al de la izquierda cuando
dijeran “no”, o un beso en la mejilla al de la derecha cuando dijeran “sí”.
Cuando acabamos de cenar
empezó la verdadera diversión. Hablar con magdalenas en la boca, pasar agua de
un vaso a otro con la boca, bailar evitando una escoba, acompañado todo de
bailoteo y caídas (como la de Noemy, Sofía y Rocío).
Los lobatos se fueron a
dormir y los demás nos quedamos bailando desde reggaeton hasta ska y jugando al
limbo.
AMOR COMANDIL
Como los jefes tenían que
empezar el kraal, los comandos nos fuimos a una cabaña a hacer una dinámica,
que terminó de una forma muy emotiva y amorosa: un abrazo colectivo, cantar la
canción de comandos a gritos y explotar los globos en el barracón de tropa.
Después se vinieron María,
Noemy y Paula y hablamos todos mientras respondíamos a las preguntas de reflexión
del rastreo (a última hora, cómo no). En un momento, Héctor entró en la cabaña y
vio a las troperas pero tampoco le echó la bronca. Pasado un rato. Todos nos
fuimos a dormir.
¿PODEMOS IR AL BAR?
Nos levantamos deprimidos; la
acampada llegaba a su fin y había que recoger y limpiar las habitaciones. No
tardamos tanto como habíamos pensado y nos conseguimos coordinar a la perfección.
Después, tras insistir varias veces, los jefes nos dejaron ir al bar para hacer
la actividad de las preguntas. Reflexionamos sobre la red, los errores, los
buenos momentos, la relación entre nosotros, lo que más nos gustaba del Máfeking,
nuestros planes de futuro, la felicidad…
Después volvimos al albergue
y tuvimos tiempo libre porque nuestros jefes estaban recogiendo la cocina. Gracias
a ello, los comandos nos libramos de hacer batida porque empezamos la evaluación
más tarde.
¿FIN?
Al acabar, cargamos las mochilas en el bus y
nos volvimos a Salamanca, a nuestro gran pesar pero motivados porque al
siguiente fin de semana, nos iremos otra vez de acampada, esta vez a Madrid,
pero ya os contaremos…
Un beso a tod@s,
LA RED :)